jueves, 21 de abril de 2011

PRIMAVERA

El 21 de septiembre de 2007 siete tenía una entrevista de trabajo a las 16 hs en Capital, por ese entonces laburar en la librería de la esquina de mi casa, la dueña es amiga mía.
Como todas las mañanas me levante para ir a trabajar, desayune, me bañe, me cambie y Salí. El día anterior fue el día del jubilado, pensé que llamar a mis abuelos después de almorzar para saludarlos estaría bien.
Promediando la mañana (eran como las once) mientras tomábamos mate con la dueña del lugar y hablábamos sobre lo lindo que estaba ese día de primavera llega al negocio quien era en ese momento la pareja de mama. Me dice que vaya a casa urgente que mi abuelo había tenido un accidente. Al llegar la encuentro a mi vieja en el baño con lágrimas en los ojos y me dice que mi abuelo se había muerto. (No señores, aprendan la gente no fallece, la gente SE MUERE).
Me quede atónico y ella se fue, quede solo en mi casa y a lo único que atine fue a fumar y limpiar, estuve como tres horas limpiando hasta que llamo mi mama y me comento lo que había pasado.
A la noche nos vino a buscar a mi hermano y a mí para ir a lo que hoy en día es solo la casa de mi abuela. Llegue y la abrace, después de esto me puse a reconstruir la situación de lo que había sucedido.
Mi abuela se fue a hacer los mandados y mi abuelo se quedo solo en la casa. Se cambio, se puso la ropa de trabajo, se sentó en el escritorio como cada noche hacia 50 años para anotar los gastos del día. Le prendió una vela a sus padres y subió las escaleras de mármol hasta llegar a la mecedora donde se sentó y sin que le temblara la mano a las 10:30 de la mañana aprox. se pego un tiro en la sien. Llego mi abuela y no lo encontró, lo busco por toda la casa, vio la vela quemada, el auto guardado pero a el no, guardo el mondongo que le había comprado para la cena y subió a cambiarse, así se dio el hallazgo, el resto es historia. Esa noche dormí en su cama de su lado, dormí en paz ya que mi mama me dijo que cuando lo vio, tenía una cara de paz que nunca antes le había visto salvo por los ojos hinchados por la sangre que nunca salió hacia afuera y lo dejo intacto.
Al día siguiente descubrí que en los velorios ponen flores para que no se sienta el olor a podrido de los cadáveres, descubrí hasta donde mis emociones son capaces de soportar, descubrí quienes eran mis verdaderos amigos. Pero por sobre todo descubrí que la muerte es el resumen de la vida, la sala velatorio estuvo repleta de personas (casi 200) que lo querían y querían darle su ultimo adiós. Todos dijeron cosas buenas, todos derramaron lágrimas sinceras de amor esa noche.
Un año después pude llorar, pude hacer mi catarsis y entender los huevos que tuvo mi abuelo al elegir morir de la misma manera que eligió vivir, a su gusto.
Es un poco complicado de entender, pero la muerte no es después de todo lo peor del mundo.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Es la 1° vez que leo(en este caso)a alguien expresarse así de la muerte. Una vivencia, pensamiento,o idea muy diferente a la que estaba acostumbrada. No se si mejor o peor, solo DIFERENTE.Me llamó mucho la atención, lo mejor: me inspiró a escribir un radio teatro (NO a lo Dolina,pro si a una tiempo más actual). No tan solo con tu último escrito, si no con los anteriores también. Copados. Yo tampoco entiendo mucho los aglomerados de los sábados a la noche jajaja!

Keila dijo...

:|. Me sorprendiste por la manera de afrontar la muerte que tenes(y más de un familiar tan cercano). A mi nunca me paso nada así, lo más parecido fue cuando murió mi bisabuela y yo tenía como 6 años y la única razón por la que quería ir al velatorio era para tomar el café negro que servían ahí. Vale decir que no entendía nada lo que estaba pasando y que en mi casa jamás tomaba café pero bueno....Me gusto mucho tu blog, y obviamente, como redactas! un beso (:!

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