jueves, 29 de enero de 2015

Hoy con una amiga nos pusimos a reflexionar ¡¿QUE CARAJO SIGNIFICA DEJAR FLUIR?! Ponele que conoces a alguien, la pasas bárbaro, está todo bien pero de repente y de un momento al otro… NADA, y entonces no sabes que hacer, que decir, como actuar… y ahí vas y le preguntas a tus amigos, conocidos, gente de confianza que hacer, pero, ¿Sabes que te contestan?, “DEJA QUE FLUYA” y te quedas pensando y te maquinas y dudas y supones, te haces la cabeza, y no sabes, pero vos estas ahí firme, dejando fluir sin saber QUE CARAJO ES. Pero un día te cansas, no aguantas y te mandas, mandas un mensaje saludando, preguntando, no sé, un dibujo y tenes una charla pelotuda, preguntas alguna boludes, ¿y qué te dicen? “DEJEMOS QUE FLUYA”. Y vos te calentas porque SEGUIS SIN SABER QUE CARAJO ES DEJAR FLUIR, no sé, capaz que toda esa gente que te aconsejo que fluyas tiene un máster en relaciones humanas, son oráculos en vínculos, eruditos en TEORIA Y TECNICA DEL PRINCIPITO. Que se yo, capaz dejarse fluir es esperar que te arrastre un viento sideral que te va a juntar en la estratosfera con el ser amado, capaz fluir es tirarse a un rio y si sobrevivís te junta con tu gran amor. No sé, ¡¿ACASO FLUIR ES ESPERAR QUE UNA VIRGEN LLORE SANGRE Y FORME UN CORAZÓN CON UNA INSCRIPCIÓN QUE DIGA “MONTOTO Y SULANCHA U.P.S.” ¡¿QUE CARAJO ES FLUIR LA CONCHA DE TU MADRE?! Mira, para mi fluir es querer saber, preguntar, consultar, proponer, ocuparse, estar, ser, querer, es tener una respuesta, dejar fluir es seguridad. Discúlpame pero para mí dejar que fluya es todo eso y si algo me importa pregunto, me ocupo y soy. Y toda esa pelotudes que dicen para no animarse a decirte que no, me la paso por el orto. Atte. La administración.

lunes, 12 de enero de 2015

A veces me pregunto cómo sería el mundo sin el miedo, sin esa dulce, extraña y necesaria sensación de estar asustado, de no saber donde estas parado, de no saber cómo actuar, de no saber cómo seguir, esa extraña sensación que, pese a ser horrible la buscamos, la afrontamos y en cierto punto empezamos a disfrutarla. Porque en algún momento todos tuvimos miedo, miedo del que dirán, del que va a pasar, de cuáles serán las consecuencias. Todos algunas estuvimos parados en una esquina esperando a alguien que conocemos o creemos conocer, estamos ahí parados sin certezas y con miedos, porque los necesitamos porque es necesario tener algo para sostenernos, algo que nos asuste. Muchas formas toma el miedo, pero creo que en gran medida la forma que nos aterra más es aquella que nos hace vulnerables, que nos transparenta que nos hace ver tal cual somos y todos los posibles lugares donde de verdad nos pueden herir. Justamente ese miedo no es uno que aparezca de la nada, que se nos presente en un sueño como Freddy Krueguer, que nos da un hachazo en un lago como si fuera Jason, no, es un miedo que elegimos y dejamos pasar porque sin el seria todo muy aburrido, todo muy monótono y al final Huxley tendría razón. El miedo es un montón de cosas, a veces el miedo no asusta, y creo yo que el mayor miedo que hay que tener es a aquellas personas que sacan lo mejor de nosotros, total de eje te saca cualquiera.