domingo, 17 de abril de 2011

Me encantaría algún día cumplir mi sueño de ser un Hippie de esos que tocan la guitarra y cantan en el tren. Eso realmente me haría feliz, pero no, por el momento me tengo que conformar con ser un simple empleado de oficina. Cual es el problema? Detesto ser un oficinista.
Los oficinistas a mi entender son parte de la humanidad que mas uso le da a la hipocresía, mas allá también de ser una de las clases trabajadoras mas enajenadas que puede haber. Todos los días haciendo lo mismo, cumpliendo un riguroso horario pensando que quizás cuando asciendan, se vaya o muera su superior van a ser mejores personas, van a trascender en este mundo capitalista donde los sentimientos y las emociones se dejan de lado. La Hipocresía es su valor mas importante, fingir que todos somos amigos, que nos queremos, que las ocho horas que compartimos nos hace ser amigos y compartir todos nuestros secretos. Mentira, es una gran mentira, las personas con las que puedo contar en ese lugar son pocas y me sobran los dedos de una mano.
Sostendré toda m vida que ser uno de ellos no te hace mejor persona, sus trajes son una caparazón para mostrar la realidad que hay de bajo de ellos, prefiero cambiar el mundo en Jean y zapatillas que con una camisa de Arman y una corbata de seda.
Si, quizás sea un soñador, pero dudo que todos ellos estén felices con lo que hacen y seguramente debajo de esas capaz de frivolidad esconden un sueño tan básico como el mió.

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