¿Que haces cuando te das cuenta que el día a día te esta consumiendo?, cuando los años pasaron a ser estaciones, cuando las estaciones pasaron a ser meses, cuando los meses pasaron a ser días…
Te levantaste y te diste cuenta que la rutina te lleva, no calculas el tiempo y de repente cuando te empezaste a interesar por el se te perdió, se fue volando y caes en la cuenta de que ya no va a volver.
Te arrepentís de lo que no hiciste?, de las cosas que no dijiste? De las decisiones que tomaste? Esas decisiones que fueron consecuencia del miedo, miedo a lo inseguro, a lo jugado, a aquello que podría haber sido terriblemente bueno pero lamentablemente muy arriesgado.
Hoy escribo con la necesidad de dejar ese mensaje, el típico y trillado mensaje sobre dejarse ser, “let it be”. Sobre eso que dice que debemos jugarnos por lo que queremos, por lo que amamos, por los que amamos, por lo que en verdad nos gusta.
Te digo eso y te dejo con una leve sensación de alegría, ya que lo que digo es lo correcto, y vos y yo pensamos, hay que jugarse! Ser mas lanzado!, rompamos las reglas! Dejémonos ser… pero también sabemos que es un mensaje hipócrita, que cuando vos y yo cerremos esta ventanita nos vamos a quedar pensando en lo bueno que seria hacer eso, pero ninguno de los dos tenemos los huevos/ovarios suficientes para jugarnos…
Y nos quedamos con esa fría sensación de que todo lo que nos hace felices es una vaga ilusión, una simple utopia.
Es mas como alcanzar lo alcanzable, la casa, la mujer/el marido, los hijos y el perro (en mi caso, prefiero los gatos…)