domingo, 12 de septiembre de 2010

Siempre fui el raro, el “diferente” en cualquier grupo de personas en el cual estuve, por algo sobresalía, por algo llamaba la atención.

En la primaria reconozco lo sufrí, mas que el raro era el punto, del cual todos se mofaban y descargaban sus peores improperios… se creían superiores.
Con el tiempo fui aprendiendo que ser raro uno lo lleva como quiere (o como puede en algunos casos) y puede llevar a que aquello que tiene una connotación negativa sea positivo. E invertí los papeles.
En algunos casos ser el raro me llevo a ser líder, ser raro a veces lleva a llamar la atención, ser… raro… la gente te considera raro.
Yo no me considero así, me considero re común, la diferencia es que sigo mis propios ideales y hago lo que a mi me gusta. Los que te consideran raro son aquellos que siguen a las masas, que no tienen ideas propias, que repiten los que otros hacen o dicen por que, valga la redundancia, tienen miedo de que los consideren raro.
Reconozco, se sufre mucho al pasar por todo eso, pero vale la pena.
Hoy yo me considero alguien, aquellos que se creían superiores, hoy son fracasados y en el peor de los casos, están muertos…

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